Sos voz II. "La comunidad sorda de Mar del Plata" por Vernón León
Intenté averiguar acerca de libros o cursos sobre la lengua de señas argentina (LSA) para poder aprenderla para mí mismo y comparar el sistema de señas acá con el sistema en los Estados Unidos. Se convirtió en una búsqueda para ponerme en contacto con los diferentes sectores de la comunidad sorda de Mar del Plata. No era fácil; realicé dos o tres búsquedas inútiles antes de llegar a algo o alguien. La única organización de sordos que encontré que tenía su propio edificio fue cerrada y el edificio quedó vacío, sin uso.
Cuando llegué a encontrar organizaciones en funciones, sus sedes estaban en la casa de sus presidentes. Por ejemplo, la sede de la Asociación Marplatense de Intérpretes de Lengua de Señas Argentina (ASMILSA) está en el sótano de la casa de uno de sus miembros en las afueras de la ciudad. Me asombró la falta de apoyo para los sordos en una ciudad del tamaño de Mar del Plata. Me enfadé con la única escuela de sordos acá en Mar del Plata al descubrir que sólo supervisa a un estudiante al final de la primaria y que la educación es oral y no utiliza la lengua de señas, la lengua natural para los sordos.
Decidí no juzgar una ciudad y un sistema que yo no conozco y empecé a entrevistar a algunos miembros de la comunidad sorda acá. Primero, hablé con un señor sordo que es el presidente de la Asociación de Sordos Integrados Marplatenses (ASIM). Pudimos comunicarnos utilizando una pluma y una hoja de papel y su capacidad para leer los labios y enunciar sus palabras. Él me dio varios libros que contienen cursos sobre la lengua de señas argentina (la cual es muy distinta de la norteamericana utilizada en los EEUU, de donde soy yo) y también me habló de su opinión sobre la comunidad sorda marplatense. Echó la culpa a los sordos y sintió que la comunidad sorda acá no se puede desenvolver por su falta de deseos de mejorar. Cuando luego hablé con un hombre parlante cuyos padres son sordos y que trabaja en Mar del Plata y es muy hábil en la LSA, él estuvo de acuerdo con el otro señor en muchos aspectos. Lamentó la ignorancia e incultura de la comunidad sorda acá. Dijo que se pueden presentar oportunidades a los sordos acá y las rehúsan porque no quieren trabajar y viven de la lástima de otros. Dijo que todas las otras provincias de Argentina no quieren tener nada que ver con los sordos de Mar del Plata.
Después, hablé con dos intérpretes de LSN que trabajan en Mar del Plata, me enteré de que un intérprete no puede ganarse un sueldo acá y tiene que trabajar en otra cosa porque “no sabe qué puedan hacer con el título al conseguirlo.” Si en la comisaría o en un hospital no hay nadie que habla la LSN, y el sordo no tiene la educación para leer o escribir, se queda sin protección. No hay una ley que mande intérpretes a lugares esenciales.
Para todos aquellos con quienes hablé, la falta más grande que tiene Mar del Plata es la educación. Cuando pregunté a todos, entre todos los problemas, qué se tenía que resolver primero antes de poder arreglar lo demás, esa fue su respuesta. Se necesita educar a todos, los sordos y los oyentes, desde muy jóvenes para poder integrar a los sordos en la comunidad. También se necesita educación propia para los sordos, en su lengua, que pueda llevarlos a un nivel más alto que la escuela primaria. Además, se necesita organización y comunicación y la ayuda gubernamental para facilitar esta integración.
Salí de mis investigaciones sintiendo una sensación negativa hacia el sistema para los sordos acá en Mar del Plata. Trato de no basar mis opiniones en aquello a lo que estoy acostumbrado. Fui criado con dos padres sordos en un sistema que permitía el desenvolvimiento de un sordo como un miembro inteligente de la sociedad. Mis dos padres han completado su maestría y tienen casi todo lo que tiene el resto de la gente adaptado a la necesidad de la sordera. Hay psicólogos, abogados, médicos, grupos de intereses particulares, leyes, apoyos, obras sociales y mucho más adaptado a la comunidad sorda. Yo incluso tengo la suerte de conocer este sistema porque trabajo como un intérprete de la lengua de señas norteamericana y me gano un sueldo que paga todo lo que necesito para vivir, estudiar y disfrutar.
Sé que no puedo comparar lo que hay en los Estados Unidos con lo que hay aquí simplemente porque la sociedad en general es distinta. También tengo que reconocer que en los EEUU incluso hay partes que no tienen mucho para los sordos. Tengo que aceptar lo que hay. Hay una lengua de señas propia de Argentina. Hay algunos grupos que están haciendo algo para ayudar en alguna forma a los sordos. Al menos hay conciencia de la necesidad de apoyar el desarrollo de las personas sordas, aunque las organizaciones no tienen el nivel de los EEUU. Tuve que reexaminar la situación y me di cuenta de que me alegró la existencia lo que hay acá y que no lo vi mal a menos que lo comparara con la situación en mi país. Me doy cuenta ahora de que la comunidad sorda aquí ha alcanzado un nivel propio para el desarrollo de su ciudad y que hay una conciencia que le ayudará a levantarse cuando llegue el momento.