Sos voz I. "Identidad hispana" por Silvia Ghedini
Una batalla que siempre tengo que librar en Estados Unidos es mi identidad. Cuando alguien pregunta de dónde soy, yo siempre respondo, “cubana e italiana de Nueva York.” Muchas veces oigo esta respuesta, “no puedes ser hispana porque eres blanca.” Hay un sentimiento en Estados Unidos de que para ser hispana o latina tu piel debe lucir mestiza o una mezcla de negro y blanco. Este concepto va tan lejos que muchos piensan que hispano es una raza y no una etnia. Muchos no saben que los hispanos pueden ser de todos los colores y venir de todas partes.
Cuando llegué a Argentina todas estas ideas se cayeron al mar. Argentina es un país con una gran influencia de Europa. Cuando camino las calles de Mar del Plata yo puedo pasar por una argentina. Si yo no hablo, muchos no se dan cuenta de que vengo de otro país. Es la primera vez que muchos aceptan mi identidad latina/cubana. Durante la primera semana esto fue muy refrescante para mí. Por fin no necesitaba defender quién soy.
En la segunda semana, mis emociones cambiaron completamente. Tuve una sensación que me perturbó… “todos son blancos aquí.” Para mí, la cultura hispana es muy impresionante porque los hispanos pueden ser de todos colores y razas. Pero Argentina no representa el arco iris de latinos. Por un lado me sentía muy alegre de que no necesitaba defender mi sangre hispana, pero por otro lado, sentía que no estoy en un país que represente verdaderamente la cultura hispana. Esto me dejó sintiéndome como una hipócrita.
En este punto estoy en un estado de transición. No tengo respuestas de qué es o no es hispano. Pero, aunque no tengo respuesta, me gusta seguir reflexionando sobre esta cuestión de la identidad. La reflexión nos ayuda a los hispanos a madurar. Cuando examinas y reexaminas tu identidad, esto siempre refuerza tus pensamientos.
Cuando llegué a Argentina todas estas ideas se cayeron al mar. Argentina es un país con una gran influencia de Europa. Cuando camino las calles de Mar del Plata yo puedo pasar por una argentina. Si yo no hablo, muchos no se dan cuenta de que vengo de otro país. Es la primera vez que muchos aceptan mi identidad latina/cubana. Durante la primera semana esto fue muy refrescante para mí. Por fin no necesitaba defender quién soy.
En la segunda semana, mis emociones cambiaron completamente. Tuve una sensación que me perturbó… “todos son blancos aquí.” Para mí, la cultura hispana es muy impresionante porque los hispanos pueden ser de todos colores y razas. Pero Argentina no representa el arco iris de latinos. Por un lado me sentía muy alegre de que no necesitaba defender mi sangre hispana, pero por otro lado, sentía que no estoy en un país que represente verdaderamente la cultura hispana. Esto me dejó sintiéndome como una hipócrita.
En este punto estoy en un estado de transición. No tengo respuestas de qué es o no es hispano. Pero, aunque no tengo respuesta, me gusta seguir reflexionando sobre esta cuestión de la identidad. La reflexión nos ayuda a los hispanos a madurar. Cuando examinas y reexaminas tu identidad, esto siempre refuerza tus pensamientos.
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